Democratizando el diseño
Packaging
Hace más de 10 años, llegó a nosotros un cliente que jamás imaginamos que se convertiría en una empresa tan importante para nuestra vida profesional ni para el país.
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Hace más de 10 años, llegó a nosotros un cliente que jamás imaginamos que se convertiría en una empresa tan importante para nuestra vida profesional ni para el país.
Comenzamos haciendo proyectos pequeños, en los cuales recibimos muchas marcas ya desarrolladas previo a nuestra llegada. Trabajamos en muchas adaptaciones y extensiones de línea. Tuvimos que enfrentarnos a desarrollos de muchas categorías de productos que nunca antes habíamos trabajado.
Poco a poco y con perseverancia, empezamos a interpretar mucho mejor a este cliente, el gran D1. Un cliente mayorista para el que la velocidad y el entendimiento del target era clave. Entendimos que estas tiendas estaban dirigidas a un público muy amplio y que su promesa de bajo precio con calidad alta, era clave. Nos enfrentamos al reto de diseñar para este gran público y generar confiabilidad en las marcas a través de los empaques. El diseño debía ser masivo, pero al mismo tiempo debía sentirse cercano y de alta calidad.
Pasó el tiempo, y mientras fuimos descubriendo el mundo de D1, llegaron por fin oportunidades de diseño para renovar algunas marcas y lanzar otras nuevas. Nos dieron «carta abierta» para explorar y proponer, teniendo en cuenta las premisas descritas anteriormente.
Era el momento de proponer y de creer en el diseño, en el poder de una buena selección tipográfica, darle vuelta a lo que generalmente se veía en las góndolas. Recordaremos 2 proyectos que dieron vuelco a la forma como iniciamos a hacer los diseños para este cliente:
Comenzamos a diseñar la línea de arepas en el 2016, en el mercado los referentes estaban llenos de diseños tradicionales y saturados. El reto que teníamos era diseñar una línea de bajo costo en producción, es decir, on pocas tintas y acabados, que además tuviera códigos de color para que en el punto de venta se distinguieran fácilmente. Por ser un producto de tanta tradición colombiana, quisimos traer algunos elementos gráficos como patrones geométricos y una figura circular que ayudaba a sostener todo el diseño. Por último seleccionamos colores para cada producto para que contrastaran y generaran un bloque visual en góndola. .
En esta línea de snacks ya existía un diseño previo muy pegado a lo común dentro de la categoría. En este caso, hicimos un lift total a las dos líneas de snacks tradicionales y de productos mexicanos, trayendo nuevos elementos que nos permitieran diferenciarnos de los competidores. Quisimos traer «buen diseño» a la mesa, tal como lo aprendimos en la universidad pero traído al mundo práctico: jerarquía en la información, buena comunicación, selección tipográfica adecuada para darle sentido al concepto, respeto a la fotografía y una buena composición. También pusimos en la mesa tipografías «nuevas» y no gastadas por los clientes por ser «ilegibles». Complementamos con nuevos conceptos gráficos para enriquecer el panorama visual y que todos disfrutemos un buen diseño, de esos que hoy en día toca todos los rincones del país y todos los estratos. Logramos crear un diseño contundente que le hablaba de «tú a tú» con las marcas tradicionales del mercado.
Por muchos años, algunos clientes nos dieron comentarios como «se debe ver más masivo». Con el tiempo nos dimos cuenta que cuando decían se referían, para nosotros, a un diseño con una pobre selección tipográfica y recursos obvios. Es como si a un arquitecto le dijeran que el la vivienda no se ve suficiente masiva, la pregunta es ¿por eso debería volverla a diseñar con más acabados pobres?. nuestra respuesta es no, no creemos que deba ser así. El diseño debe cumplir una función que es comunicar, diferenciar a los productos y vender. No por eso tiene que ser pobre e igual al resto. Nuestra misión como diseñadores es precisamente guiar al cliente en esto.
Con D1 hemos tenido la oportunidad de diseñar para todos, pensando en todos, no en que se vea pobre el diseño, sino que al revés, traigamos recursos nuevos a la mesa y que hagan sentir al consumidor confiado, especial y único lo que consume día a día.
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Desde siempre hemos tenido una fascinación por los libros, los buenos libros. Esos que logran sumergirnos en una dimensión diferente.